sábado, 5 de abril de 2008

Ensimísmesis

Soy esa sombra, esa fuga, esa tentativa
Realmente soy ese cuerpo que acarrea pensamientos
de un lado a otro, a un metro ochenta del piso
mientras la ciudad mortecina se vacía al venir la noche
Antes no estaba seguro, pero ahora tengo la certeza

Qué es lo que ocurrió en el medio,
ya no lo sabría decir

Aunque es probable que tenga que ver con eso

Con eso de ir perdiéndonos uno en el otro
Al bucear en las calles sin querer saber la hora
Con eso de enmudecer ante el traqueteo
de mis ideas cuando pierden peso ante las tuyas
Con eso de tu vaivén en la otra vereda
o de tu cara acunada en un sueño sin sueños, al dormir
Tanto silencio hacés entonces,
que a veces me abriga del zumbido
de los autos que pasan a lo lejos
Nada puede llenar ese silencio

Entonces lo que descubro es
que aunque no exista el paraíso, ni el último refugio
Al fin y al cabo no importa
Puede ser que esté perdido
Pero no hay otra opción que ir por más.

1 comentario:

La niña santa dijo...

Volviste a los versos, versero!

Viste que varios vienen a ver variaciones de lo vivido? A veces vale más volcar vino del viejo que viajar en el vacío. La vuelta a lo visceral se vistió de verde!

Jajajajaja